Estas semanas hay un tema que monopoliza conversaciones, informaciones, opiniones, chistes y pasiones, la copa mundial de fútbol. Este año, además de lo estrictamente deportivo, del que no se puede separar lo estrictamente económico, se ha añadido un nuevo y necesario debate, el idoneidad de otorgar la organización de un evento como éste a un país como aquél, por mucho dinero que haya garantizado al ente dueño del fútbol mundial, la FIFA, y por muchas facilidades y lujos. Porque, democracia y Qatar, no han mezclado bien. E ingredientes como libertades y derechos civiles no son muy apreciados. Y dentro de este escenario de choque de intereses entre visitantes y huéspedes, ¿cómo queda un tema como la protección de datos y la privacidad de un aficionado que tenga que bien ir para ver un partido de fútbol?
Apuntaremos un primer detalle, motivo de orgullo nacional en la propaganda del país: su territorio es seguro y no hay delincuencia y para que continúe así durante el Mundial, 15 mil cámaras con capacidad de reconocimiento facial monitorizarán a los aficionados presentes en Qatar, tanto en los estadios como en el transporte y en la ciudad de Doha en general. El gobierno lo justifica porque lo considera una medida para reforzar la seguridad, prevenir la violencia e incluso detener posibles ataques terroristas. ¿Y alguien puede poner objeción? De los datos personales que deben facilitarse para acceder al país o para alojarse, también sería muy atrevido considerar que tienen una cobertura legal que garantice mucha protección al individuo. Pero entonces, ¿cómo es que el país es un centro económico de enorme magnitud en Oriente Medio? Quizás para el ciudadano común no, pero para las empresas de todo el mundo que se instalan y que operan en él sí hay un marco normativo que les garantiza la siempre necesaria estabilidad jurídica para los negocios. Es un oasis dentro del país, Qatar Financial Centre, un distrito comercial y financiero situado en Doha, creado por el gobierno, que ofrece su propio entorno legal, reglamentario, fiscal y empresarial para el desarrollo económico. Aquí dentro hay un alineamiento con las regulaciones internacionales y facilidades para ser un paraíso empresarial. Curiosa y explícitamente, de forma separada e independiente del sistema legal Qatar. Allí, el RGPD está vigente, sí. No fuera.
Para dar lugar a este acontecimiento puntual, que por el volumen de personas que puede llegar a movilizar resulta extraordinario en el país, se ha hecho una normativa transitoria pre y post Mundial que pretende ofrecer un marco compartido de normas, más bien de costumbres y convivencia, pero que ni cubre ni pretende el punto de vista de la privacidad y la protección de datos personales de los visitantes.
